miércoles, 16 de mayo de 2012

¿Y tú qué has hecho?

Hace 10 meses publiqué mi primer escrito para mi Blog Estamos Bien.  En ese momento pensé que estaría escribiendo con una frecuencia de al menos un escrito cada mes.  Uno piensa que estando retirado con “tiempo para hacer todas las cosas que siempre quise hacer”, lograr esa meta iba a ser un paseo.  Entonces ¿dónde están los por lo menos 9 escritos que faltan? ¿Qué pasó que ni siquiera coloqué un escrito que al menos dijera “cerebro de vacaciones” o algo así?  ¿Por qué he tardado tanto (o tan poco según la perspectiva) para escribir el segundo escrito?  Las respuestas pueden ser muchas pero creo que la manera de resumirlo sin que suene a una excusa auto creíble es que durante los pasados meses he estado…¡Viviendo!

Vivimos nuestras vidas en una autopista de prisa e inmediatez.  Y al igual que casi todos los que andan sumergidos en ella, lo vemos como normal.  Así nos acostumbramos a ver el sol salir y esconderse cada día desde la ventana de la oficina, del salón, de la casa, leemos sobre eventos a los que no pudimos asistir, películas, conciertos, obras a las que deseamos ir, y no fuimos…nos lamentamos cada día en Facebook y después de recibir dos likes (a veces uno de nosotros mismos) nos convencemos de que así es la vida.
Así, sin darnos cuenta establecemos una rutina básica sobre la que montamos las pocas excepciones que nos vamos permitiendo.  Nos levantamos más o menos a la misma hora, cada mañana hacemos casi la misma rutina y así durante el día se va repitiendo un patrón al que le añadimos pequeñas modificaciones como en vez de almorzar en la oficina, hoy lo haremos afuera (o vice-versa), en vez de ir directamente a la casa, paramos en algún happy hour…y también justificamos la rutina porque después de todo no podemos cambiarlo (eso nos creemos).
Mencionaba que vamos “viviendo” la vida de prisa e inmediatez como si tuviéramos que hacerlo y saberlo todo ahora, primero que nadie…como si eso nos diera puntos en el juego de la vida.  Pero una vez tienes la oportunidad que he tenido de hacer una pausa y salir de esa autopista, todo lo que ves es un mundo de gente en una carrera por ver quién llega primero al hoyo por donde te irás a la próxima vida.  Solo basta hacernos una pregunta…¿por qué todo tiene que ser para ahora?  El día que comiences a dejar para mañana las cosas que no ameritan tanta inmediatez, tendrás más tiempo para vivir.
Decía que durante los pasados meses he estado viviendo…porque he podido como diría el poeta inglés, smell the roses.  Pude salir de la banca desde donde observaba todo ocurrir y ahora he logrado ser parte de esa historia que se nos presenta ante nuestros ojos.  Los que me conocen saben que unas clases de salsa que comencé a tomar hace un año y tres meses le dieron a mi vida un giro de 180 grados.  Volví a sentirme humano con la necesidad real de hablar frente a frente y no a través de un mensaje de texto o de un correo electrónico. 
Volví a conocer gente nueva en mi vida que no llegaban porque fueran los nuevos vecinos, los primos que casi no conocía, los nuevos compañeros de trabajo o toda esa gente que nos vemos forzados a integrar a nuestras vidas.  Esta vez he conocido gente que posiblemente de haber seguido en la burbuja que estaba no los hubiera conocido.  Gente de todas las edades, profesiones y visiones de vida posibles.  Hoy muchos de ellos son verdaderos amigos, de esos que te conocen por lo que eres y precisamente te quieren por lo que eres.  No de esos “amigos” que te quieren por lo que tienes y cuando no tienes, se alejan.  Volví a retomar el papel de papá pero agrandado, papá amigo, papá compañero, papá maestro.  He podido dar mucho de mí a otros para juntos y entre todos ir cambiando actitudes y nuestro entorno social.

El reencontrarte con todas esas cosas, tiene el efecto de llevar la vida a otro nivel y en otra dirección.  Uno se siente lleno de vida y con deseos de cada día conocer más gente, de poder dar lo mejor de uno a cada uno de ellos y de salir…a reencontrarte con ese joven bullanguero que vive dentro de uno, con esa vida que siempre estuvo ahí esperando por uno.
Ahora también llegó el tiempo de reencontrarme con mi blog y darle más cariño…escribirle sobre más cosas que en estos meses me han mantenido viviendo y lleno de alegría.  ¿Y tú que has hecho? …Por eso Estamos Bien…Edu.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario